1 Tío Juan.
Rapado, grande, gruñidor, sabio,
valleinclanesco y bueno.
Olisqueador de arpías
Repletador de oes
soñador de aes
bisbiseador de ironías
A descargas te rompieron,
más no te mataron.
Fuiste idea, clamor, grito,
lagrima seca.
sortilegio contra la barbarie.
Te dieron, como último abrazo, un caparazón de piedra.
Yo, te saludo.
Amigo.
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2 Soy sudor.
Siento el charco que soy desgotearse en el asfalto,
aplastado por la multitud,
transportado en las suela me desparramo por Madrid,
me beben palomas podridas, goteo en extractores,
me licúo en sumideros, me condenso en papelotes,
viajo en autobús, visito felpudos y sandalias,
cruzo calles, me mezclo con polvo, me evaporo en los pasos de cebra,
subo escaleras, piso embragues, me acuesto con amantes,
recorro el parque con caniches, descanso en tacón de travestí.
Voy al cine y al burdel,
al bar y al Burger King.
Al culo de quinceañera
y a la espalda de mendigo.
Al avión en mosca
y a la cocina en cucaracha.
Al concierto en funda de guitarra
y al bolsillo en moneda.
Lubrico ingles
y mojo espaldas.
Adorno sobacos
y películas pornográficas.
¡Soy la gran gota que colma el vaso!
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3 Ciempiés.
Pasillos, pasillos del metro,
llenos de gente que camina,
te hacen serpentear entre los más lentos,
chocar con los que vienen de frente,
saltar sobre pañuelos tendidos en el suelo,
restar tiempo al poco tiempo,
jugar a perseguir a ése que abre camino.
Secretarias con faldas ajustadas,
comerciales con cara de loco,
albañiles polacos contentos,
viejos españoles aburridos,
estudiantes de Icade despreciativos,
gitanas portuguesas con niño pidiendo limosna,
parados sin destino.
Todos se suman al eterno ciempiés,
vomitan los vagones sumandos
que al salir se desparramaran
como gusanos en el gran queso podrido.
El ciempiés no descansa nunca
se pierde entre las esquinas, portales y comercios.
Por la noche al cerrar,
las ratas pasillean sin temor,
formando otro ciempiés de rabos y chillidos.
El ciempiés no descansa nunca,
se pierde entre las esquinas, portales y comercios,
y vuelve a perderse, una y otra vez.
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4 Un amigo.
Cualquier motivo es bueno para brindar,
las cervezas resbalan en las manos,
las colillas sin apagar ondulan la vista,
la barra se hace puerto donde estiban almas
que de conocerse se odiarían.
Pero sólo hablan de sueños,
de sueños amantes, de amantes.
De conocerse se odiarían,
sólo hablan de soñar,
de sueños vividos, de vivir.
De conocerse se odiarían,
pero sólo hablan de heridas,
de viejas heridas, de morder la bala.
De conocerse se odiarían,
pero sólo hablan de nacer,
de volver a nacer, de volver a morir.
De conocerse se odiarían,
pero sólo quieren reír,
reír hasta hacerse viejos
codo con codo en la barra del bar.
Cualquier motivo es bueno para brindar,
fiesta o funeral, que más da,
jamás estarás solo en la mesa de billar,
como en tu cama vacía.
De conocerse se odiarían,
pero sólo hablan de nacer,
de volver a nacer, de volver a morir.
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5 De cañas.
Cientos de cables con polvo ahorcado
pavimento levantado
andamios inclinados
obreros con bocadillo
putas de mediodía
bancarios de vino en Tetrabrik
coches parados en movimiento
chinos con flores
kurdos con heroína
yanquis con hamburguesas
estatuas con cagadas de paloma
policías con tripa
ciegos con perro y cupón
ciclistas chorreando
quiosqueros parapetados tras pornografía
miles de personas danzan su día
o el día les danza a ellos.
Y yo de cañas.
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6 Lawrence de ciudad.
Estoy paseando por el techo de mi habitación,
dando vueltas alrededor de la lámpara,
salto hacia abajo con los pies juntos,
votando contra el suelo, vuelvo al techo que nunca debí dejar.
Levitando a baja altura por la calle,
haciendo ruido con la boca y poniendo cara de velocidad,
me dirijo con seguridad a ninguna parte.
Persigo una antena parabólica,
la reduzco sin violencia a mil pedazos,
meo los restos para marcar territorio.
Con la valentía que me caracteriza voy al campo de batalla,
asaltando la trinchera con la bayoneta calada,
salto por encima de los enemigos,
consigo salir con el pan en el sobaco.
La carrera es vertiginosa, chaqueta al viento atravieso la calzada,
varios niños y un anciano me aventajan, pero no cejaré en el empeño,
al final, como siempre, soy el primero en tocar el bordillo.
Las baldosas van pasando rápido bajo mis pies,
con habilidad intento no pisar las rayas,
brincando, girando, evitando ancianitas alienígenas,
el butanero peruano tampoco me impedirá cumplir la misión.
Un obrero me cierra el paso agitando los brazos,
lo ignoro y caigo en un agujero.
Sigo al espía ruso de sombrero y abrigo grises,
está disfrazado de turista con camisa hawaiana.
Persigo un pie con el otro, de alcanzarse, parados estarían,
pero cada vez más rápidos, avanzan en el alcorque.
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7 Blues del bang.
Un cantante de blues
mató a su mujer,
al novio
y al perro.
Dicen que algo entre ellos se mezclaba,
no eran las ideas,
dicen que estaban juntos
y no paseaban.
Al disparar,
la escopeta mató a su amor,
a su mejor amigo
y al mil razas.
Después se negó a declarar
pues exigían el arma del delito,
y él no iba a traicionar
a su única amiga.
Veinte años estuvo en la cárcel,
nunca dijo donde estaba su amiga,
al salir, dio un paseo con ella.
Los veinte niños del orfelinato
no sabían nada,
al morir dijeron poco.
Sólo un grito por año, hey baby.
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8 Res.
Es alta, pecosa, robusta, morena,
ideal para todo. Y estoy solo.
Mi cuerpo es res.
Buenas caderas, mejores labios.
Encabrito.
Me acerco.
Le digo.
Me camela.
Imploro.
Se ríe.
La amo.
Mi cuerpo es res.
Retozamos en el sofá,
siento su sexo, huelo sexo,
el último jadeo y siguiente empujón
han sido gritos de guerra,
sus uñas se clavan en mis hombros,
mis manos en sus caderas llevan el ritmo reggae,
¡I shot the Sheriff!, ¡I shot the Sheriff!, ¡I shot the Sheriff!,
¡I shot!, ¡I shot!, ¡I shoooot!.
Mi cuerpo es res.
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9 Mónica.
Mónica deja la ropa en la cocina,
en el baño, en el pasillo, y en el fondo del armario,
es una chica muy ordenada,
busca las cosas y nunca encuentra nada;
los Tampax pegados al techo y los condones bajo la cama,
la almohada es un cojín y el cojín una almohada.
Los cartones de Telepizza no hacen daño
y el semanal de cuatro meses, lectura en el baño.
De cuatro novios que tuvo, nunca más se supo,
¿Estarán en el balcón?, ¿en el congelador?,
¡se habrán perdido en el salón!
Entre las sábanas un osito de peluche,
¿será adorno?, ¡será arqueología!,
y al lado del osito. ¡Estoy yo!, ¿ yo?
¿Seré adorno?, ¿estaré perdido?........................
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10 Lunas.
Tuve una bonita historia de amor
que siempre quise repetir porque no puse nada,
sólo dejarme querer y lo hice bien,
hasta que me dijo no y también lo hice bien,
ni una queja ni tampoco un suspiro,
sin embargo la quería como una gran aventura,
respetaba las noches pasadas como si fuesen de otro.
Porque realmente fue otra la que las vivió.
Pasó tiempo hasta que la vi otra vez,
tan sexual como siempre,
saltando alrededor de sí misma
saltando alrededor de mí.
¡Hey nena no me digas hola! -dije -,
podrías hacerme daño,
quizá ahora no tendría nada que perder,
no sé si sentiría algo por ti,
dime adiós, sigamos bailando apretados
frotándonos sin descanso,
como si mañana nos volviésemos a ver
en ese sitio que tú y yo sabemos
que fue ayer, tantos ayeres como soñaste tener.
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11 Uno.
Al ver lo amado,
y al saberse odiado
uno,
se queda quedo.
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12 Sacado de mi cabeza.
Mil latas chirrían en mi cabeza,
un corazón de dragón,
una serpiente de sangre.
Agonizan los días,
amanece al caer la tarde,
mi camino es una vuelta atrás
que se convierte en futuro.
Danzad, danzad, días malditos
vuestra memoria no es más que mi olvido,
tiempos de pesadilla son tiempos de sueño,
esperar, vivir esperando,
no es la vida, sino vivir lo necesario,
y aún soñando
quiero decírtelo al oído.
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13 Y.
Restas de mi cabeza lo que más amo cuando te vas,
y al volver,
sumas lo que me restaste.
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14 Lara.
Una explosión de risa frisa su cara,
restos de duendes que llenaron sus caderas esperan en el suelo,
en las manos amores sin par,
sus piernas cruzadas abrazan,
y las ropas destapan desnudos deseos,
al levantarse, aletea el aire atrayendo asombros.
Recuerdos tienen muchos con otras de ella,
y al sentir su tacto uno espera no dejar de sentirlo,
canta palabras que huyen compromiso y acaparan pasiones,
tres amores legendarios llenan su calendario,
de treinta, veinte la cama llena y en diez sueña,
con llenar con uno la cabeza.
Pero tuvo uno,
sólo al verle se humedecía,
le plantaba rosas y fresas,
de amor las alfombras volaban,
de frotar lámparas, genios escupían,
los platos de ducha, paraísos turcos,
alas de promesas soñaban los dos
en los paseos por las esperanzas,
llorando borrachos de amor en la madrugada.
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15 Como como.
Cae mi mano sobre tu pecho,
piel suave como, como,
como ese olor que tienes.
Deja que resista esto
no recuerdo la última vez
pero si recuerdo que la hubo.
Piensa que soy triste
triste desespero
cansado caigo
al levantarme
quedo en el suelo.
Resisto alfeñiqueando
lo destruido
hasta tragarme lo intragable
que el culo desecha
en cruel olvido.
Mirarte me hace
hablarte me dice
tocarte me hago
sentirte me rehace
feliz de tenerte.
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16 Milana.
Mi milana bonita no se posa en el hombro,
tampoco vuela al amanecer,
picados no hace,
de caza si va,
caza cariños que abandona en el corazón.
Mi milana bonita no se atusa las plumas,
no caza ratones,
no vive en árboles ni en prados,
y cuando vuela, vuela bajo,
a un lado, a mi lado.
Mi milana bonita me cuida y me lava,
por las mañanas me da besitos,
por las noches caricias,
al atardecer, me rasca la cabeza,
mientras descanso de no hacer nada.
Mi milana bonita, bonita milana,
me sonríe al pasar,
sus ojos al parpadear,
me hacen querer vivir ayer
lo que mañana viviré.
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17 Pirata.
En la proa con el viento de cara,
queriendo doblar el horizonte,
el mar bordado de espuma,
persiguiendo las nubes con la mirada,
no soy pasajero,
sino capitán de bajel pirata,
atacaré Maracaibo, con mi loro y mi pata de palo,
secuestraré a Cervantes,
y me pagará la reina de Inglaterra,
con cien cañones por banda o sable en la boca
como botín, el aire,
como canción, la del pirata.
Ojalá clipper pero ferry,
Barbaroja o Drake y la botella de ron,
Errol Flynn y negreros españoles,
aventuras leídas en cama vividas en barco,
quiero ser Nemo y hundirme con el Nautilus
quiero ser Acab y hundirme con mi odio.
Con el viento de cara, en la proa,
sólo sé que no soy un pasajero,
avanzar, restando olas al mar irlandés.
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18 John Wayne.
los cascos de tu caballo resuenan en los soportales,
la lluvia resbala por el ala de tu Stetson,
tus botas, en los charcos, dejan rastros de polvo del desierto,
al hablar dejas mi soledad bañada en Guinness, a un paso de la alegría
y así quedamente, los dos juntos, respirando épica
creciendo en la penumbra, rodeados de mezquindad
sin escuchar la derrota que llega con su aliento lóbrego
gritando en silencio ¡Adelante!, ¡siempre adelante!
Centauros persiguiendo quimeras sin rendirse,
puños cerrados con fuerza hasta gotear sangre en el suelo,
balas dirigidas a la nada.
Los indios estarían de nuestro lado para renacer en la batalla,
gritos de guerra ahogados por los murmullos de los muertos vivientes.
insensata batalla en la que el baño de sangre sólo sirve para el olvido
Gritando en silencio ¡Adelante!, ¡siempre adelante!
buscando un sentido a la lucha
centauros persiguiendo quimeras sin rendirse.
¡Adelante!, ¡siempre adelante!,
el muro de mil metros de espesor no nos detendrá
empujando con fuerza, los músculos se sustituyen por huesos
y los huesos por cartílagos.
El talón de Aquiles está en mi cabeza.
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19 Jinete pálido.
Jinete pálido
mil balas en el corazón
danzan en tu cabeza.
Pasando las gentes
en la encrucijada
te hacen renacer.
Los pies te delatan
hace tiempo que no cabalgas
arrancando tripas amaste
recuerdos futuros tiene tu pasado
sin querer amar
lo hiciste.
Poniendo a tu silla un precio
de cien, cien,
y ninguna.
Jinete pálido, jinete pálido.
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20 Laderas escocesas.
Rabillean mis ojos laderas escocesas,
raudas y veloces álzanse arqueadas,
de tanto querer desaparecer,
aparecen y continúan sin parar,
forman curvas que funden cunetas
que quieren ser uves.
Carretera martillo de cuerpo
desliz de espalda
pistón que estalla
derrota de rueda
1100 c.c. de B.M.W. a 100 KM/h
cuerpo hecho viento.
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21 La canción del idiota.
La bruma de la mañana envuelve cual placenta la tierra verde,
siento Galicia al frente, al sur, al norte y bajo mis pies.
Placentas costas verdes resguardan mis sentidos en latido.
Querencias quiméricas dicta el rapsoda al oído,
de tanto caso dado, negro resplandeciente recibido,
troquel al rojo hendido en la frente,
tatuaje no flor de lis pero sí de por vida,
no por ladrón sino por rebelde,
una i de idiota, la canción del idiota.
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22 Barco de piedra.
En el atrio donde jugué de crío y soñé de mayor,
hay piedras que saben a chapas y tebeo,
y hierbas que me recuerdan sexo y ortigadas.
El barco de piedra surca el prado a medio segar,
cantos de sirena en el viento,
tripulantes con nidos en sus ramas,
gaviotas que graznan,
pescadores que lanzan sus redes
recogiendo la labor crecida,
mástiles en fila hasta el horizonte,
de puerto en puerto al Congo, China y a los mares del sur.
En el espejo que es el mar
se refleja el coño azul madre.
En la proa un niño lee un Capitán Trueno, está solo, la yedra sube por sus piernas, un petirrojo duerme acurrucado en su hombro. Alza la mirada, me mira, siento ganas de hablar, pero se lleva el dedo índice a los labios y señala hacia un lado, yo al mirar me veo reflejado en el aire y el reflejo, extendiendo la mano, se me acerca fundiéndose en mí.
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23 Madera ( figueira ).
Silueta de mi vista añeja,
me diste alegres higos,
y un festín de equilibrios;
gritos de maricón el último y manda carallos
carreras de apandar y bocadillos de bolla.
Fuiste televisión desde mi ventana,
sombra de sardiñadas y comuna de pájaros,
hojas verdes aterciopeladas entre mis dedos
asomando vida en mi mano
vida de follas mortas.
Tu tronco no lo abarcábamos
tan grande tu fortaleza.
Al no escuchar los cantos,
al no seguir los vuelos,
al no sentir ningún son,
supe que tus postreras moradas
son
una leñera y mi memoria.
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24 Madera ( manciñeiro ).
Silueta de mi vista añeja,
eras la torre Eiffel desde el mesón,
señal de tráfico de la general,
paisaje de cotillas taciturnos y
gritos de -¡neno, baixa xa!-
Tus manzanas eran verdes
como nosotros,
que sin batallas perdidas
a indios jugábamos.
Y yo,
cuánto te quería,
tanto,
que aún te subo.
Al no escuchar los cantos,
al no seguir los vuelos,
al no sentir ningún son,
supe que tus postreras moradas
son
una leñera y mi memoria.
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25 Madera ( moreira ).
Siempre estabas allí,
a mano derecha
según se sube
en la casa de Monchiño
de la casa de Ermenexildo
al paso del camino, allí,
al lado del muro.
Tu huella era roja
tus moras manchaban mi boca
mi camisa
y la boca de nuestras madres,
no salía tu sangre
ni frotando ni olvidando.
Al no escuchar los cantos,
al no seguir los vuelos,
al no sentir ningún son,
supe que tus postreras moradas
son
una leñera y mi memoria.
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26 En el filo de la navaja.
Estás cansado, la risa ya no se convierte en sonrisa,
estás derrotado, la fuerza no te acompaña,
estás vomitando, el estómago no aguanta.
En las cuevas descubres viejos ermitaños,
el cajón de sastre te hace outsider,
ceñirte a la cadena es destruir el eslabón.
La ventana ruge sol,
las paredes gritan encierro,
el mueble, de reojo, vigila.
Pierdes viviendo,
al saber que estás consiguiendo
vivir perdiendo.
Medirás la nube
que la ola, al romper en el dique,
formará en tu cuello.
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27 Escupiendo.
Vomitando piropos que duelen,
seréis el aguijón que me atraviese
y aún tendré sangre con la que destruir la desmemoria,
derramando vísceras a vuestro paso
que os recuerden el fin de un sueño.
Rastreando mierda entre las piedras
y encontrando vuestros pasos de rata,
dando la espalda al suelo y rascándome contra él para dejar mi olor,
limpiando con él vuestra maldita aureola de santidad.
Sacando de entre los hierros mi alma en siniestro total invocando a
las deidades muertas, el único dios creador, el gran Moloch,
hará de vuestros cuerpos cenizas voladoras que
arrastradas por el viento acabarán esparcidas por los caminos
para que sean pisadas por gentes sin memoria.
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28 Arrebato.
En un apartado lugar había una chiquilla pequeña y recoleta,
las flores y los prados se tornaban en labios que nos besaban al pasar,
la luna en c se giraba en u para sonreír,
los callejones cubrían nuestro sexo en arrebato,
las paredes con nuestro frote se hacían colchones,
las esquinas oscuras, tremendas camas,
los postes, doseles cubiertos de cielo estrellado,
el suelo, sábana infinita de seda,
nuestras manos acariciando piel,
se hacían miel.
Regresando al lugar del crimen el amante vuelve a vivirlo,
esquinas,
prados, campanarios,
pesadillas, orgasmos, palabras.
Vertiendo encima de uno lo que queda,
un mundo nuevo viejo se encuentra pierde
al brotar a borbotones de la fuente seca.
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29 Camaleón.
Las moscas intentan zarandear al camaleón,
pero él, rodeado de aromas,
castaña, manzana, trébol y chocolate,
colores,
verde, azul, amarillo y violeta
permanece con ojos cerrados. Quieto.
Pasaban días, meses, años,
la nada barrió la desidia,
hedor a podrido llenó el lugar.
¡Moscas!,
el camaleón se intenta despertar,
es tarde. Sus ojos son cuencas,
su lengua, no lo es.
El cuerpo ligero, tan ligero.
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30 Todos odiamos el bip-bip.
Corre por el desierto
con su molinillo por piernas
y su bip-bip insoportable.
Quisiera romper su maldito pico,
cortar su pescuezo,
arrancar sus inútiles alas.
¡Pobre coyote!
sus bonitas trampas
sólo funcionan contra él.
¿Por qué no montas una pollería?
una huevería tampoco estaría mal,
piensos para cerdo, sería buena idea,
correcaminos asados, ¡qué gran negocio!.
¡Proletarios del mundo, uníos!,
el coyote trabaja bien y no puede comer,
¡solidaridad!, ¡comeos al correcaminos!,
¡arrojad los televisores por la ventana!,
¡comeos a los guionistas!.
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32 Te odio.
Te odio,
te odio,
te odio,
te odio.
Te odio,
te odio,
te odio,
te odio.
Te odio,
te odio,
te odio,
te odio.
Y te odio, jo.
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33 Mi amiguito.
Tengo un amiguito plateado y de cabeza gorda,
con bombín de cristal, sandalias con ruedecillas,
pistola integradora y platillo sopero.
Me lleva al circuito de los anillos de Saturno,
como no tengo miedo, logro mirar entre mis dedos.
Creo ver a Mr. Spock en una navecilla
y a la Hormiga Atómica aplastada en el cristal,
repostamos en los agujeros negros y
al doblar la esquina en Ganímedes,
un grupo de chinos nos ofrece flores,
las tetas de Pamela Anderson también estaban por allí,
nos bebemos la mitad de un almacén de residuos atómicos,
y ya verdes nos hacemos semáforos siderales.
Nos esperan unas mozas, sordas, mudas y ciegas,
tienen seis lados y las llamamos cubos,
la mía es roja, la suya parece el cubo Rubik
nos las cambiamos,
la mía es roja, la suya parece el cubo Rubik
nos las volvemos a cambiar, lado veo lado quiero
Vamos a la luna a recoger aullidos de lobo,
aprovechando jugamos a los marcianos
y cuando el suelo está cubierto de ventosas,
firmamos un manifiesto contra el genocidio y preocupados,
nos dormimos sobre el trapo con barras y estrellas.
Quiero que me llamen Skywalker,
pero me llaman O´Mon, Xusto O´Mon.
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34 Negra sombra
Negra sombra, sombra negra,
morriña de mi corazón,
canción de sueño y de madre,
mi pobre oído no llega a cantarte
pero el recuerdo de mi gente cantando,
me hicieron amarte
terra miña cantada,
non me deixes,
encheme de lume
no fondo do mar.
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35 FSSS.
Zum zum zum bay ester
zum zum
zum zum zum bay ester
Bay ester
ssssh ah ha bay ester
lumbazow mmah ha
Zum zum zum bay ester
sow sow zu zu ahaaa
sow sow
toca melenein
Sow sow
mmah ha
sow sow jam jam
Fsss
sssh
sssh
ssss aaah.
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36 Suspiros.
Si, efectivamente fueron 36 suspiros los que sentí, como a traición, sin comerlo ni beberlo, de improviso. Fueron 36 suspiros de pasión, respirando y volviendo a respirar, inspirando y espirando y sin ninguna duda, para ti.
En algún lugar de Galicia, aquí, en Madrid, en el año 2000, que no sé que tal se nos dará.
X. O´Mon.
